Editorial
(Con)vivir no es sólo un arte, un aprendizaje de conductas para relacionarse idealmente con otros; implica una mirada abarcadora y tolerante hacia lo que nos rodea, pero, especialmente, exige un replanteamiento y una transgresión de los códigos sociales. Esta es la propuesta que hace el número tres de la revista Sin Frontera a sus lectores. Las novelas publicadas por Isabel Franc bajo el seudónimo de Lola Van Guardia ejemplifican la necesidad de repensar el constructo de ‘lo natural’ para derrumbar la heteronormatividad, según el trabajo de Ivonne Cuadra. A este propósito, aunque con incidencia en el género, se suma también la reseña de Judith Butler y la entrevista a Hélèn Cixous, ambas hechas por Grazyna Walczak. Por otro lado, convivir implica tambien una revisión continua del pasado, y con ello, de la justicia. A propósito de esto, una entrevista a la poeta argentina Alicia Genovese, realizada por Karina Vázquez indaga sobre los procesos de creacion y su articulación con la memoria, la realidad, el deseo y la necesidad de justicia".
Además, (co)existir significa volver hacia el pasado y rescatarlo para darle vigencia y sentido al momento presente, tal y como lo hacen Marie Guiribitey en su análisis de Los cuentos negros de Lydia Cabrera y Ana Zapata en su estudio de El corazón helado, de Almudena Grandes. Además, la música bugaloo que estudia David Edmund y las fotos de su trabajo enviadas por Veronica Vegna y Jeremiah Hulsebos-Spofford permiten considerar otros momentos de gran impacto a partir de una mirada retrospectiva. La investigación del español tradicional de Nuevo Mexico, por parte de Donny Vigil, demuestra una convivencia con otras lenguas exenta de fronteras.
La (con)vivencia dentro del contexto específico de las guerras conlleva también una problemática: bien porque el papel de la mujer en el conflicto bélico de la guerra civil, en este caso, queda anulado—como aclara Esmeralda Duarte en su reseña sobre Cary Nelson, o porque aparece desplazado por el reduccionismo de su función como madre y cuidadora—según explica Verónica Tienza respecto al libro de Klaus Theweleit. Por último, el espacio de la (co)existencia supone una contemplación de lo prohibido en el análisis que lleva a cabo Maximiliano Sánchez sobre Alejandra Pizarnik, así como una mirada nueva, a partir de la veneración de la Virgen, a la adoración de Dulcinea por Don Quijote en el trabajo que realiza Mirzam C. Handal.
Comité editorial
Números anteriores de Sin Frontera: Primavera 2006, Primavera 2007: http://plaza.ufl.edu/daniae/sinfrontera/
Además, (co)existir significa volver hacia el pasado y rescatarlo para darle vigencia y sentido al momento presente, tal y como lo hacen Marie Guiribitey en su análisis de Los cuentos negros de Lydia Cabrera y Ana Zapata en su estudio de El corazón helado, de Almudena Grandes. Además, la música bugaloo que estudia David Edmund y las fotos de su trabajo enviadas por Veronica Vegna y Jeremiah Hulsebos-Spofford permiten considerar otros momentos de gran impacto a partir de una mirada retrospectiva. La investigación del español tradicional de Nuevo Mexico, por parte de Donny Vigil, demuestra una convivencia con otras lenguas exenta de fronteras.
La (con)vivencia dentro del contexto específico de las guerras conlleva también una problemática: bien porque el papel de la mujer en el conflicto bélico de la guerra civil, en este caso, queda anulado—como aclara Esmeralda Duarte en su reseña sobre Cary Nelson, o porque aparece desplazado por el reduccionismo de su función como madre y cuidadora—según explica Verónica Tienza respecto al libro de Klaus Theweleit. Por último, el espacio de la (co)existencia supone una contemplación de lo prohibido en el análisis que lleva a cabo Maximiliano Sánchez sobre Alejandra Pizarnik, así como una mirada nueva, a partir de la veneración de la Virgen, a la adoración de Dulcinea por Don Quijote en el trabajo que realiza Mirzam C. Handal.
Comité editorial
Números anteriores de Sin Frontera: Primavera 2006, Primavera 2007: http://plaza.ufl.edu/daniae/sinfrontera/
